Por Diego Giordano. (La conspiración del ruido, 2016).
Parece que hubieran transcurrido cien años, y no diez, desde la aparición del primer disco de Aguas Tónicas. Después de aquella decidida lectura stoner del blues, llegó la transición experimental de Canal de amor y confusión (2008), que desembocó en los sólidos y cohesivos Los desposeídos (2012) y Saturno Swing (2015). En el camino, la banda afirmó su dinámica grupal y Mariano Conti terminó de forjar su carácter de líder.
Pero en aquella primera etapa, antes de que su música se volviera más sofisticada, los Aguas Tónicas manifestaban un trastorno obsesivo compulsivo por el riff y, apelando a la velocidad y la distorsión, sometían al blues a una terapia de electroshock, quizás para dejarlo atrás de una vez por todas. Eso es lo que escucho en “Jack London”, que arranca con un balazo en el cuarto tiempo de un compás imaginario, un milisegundo antes de la entrada de un riff que es puro plomo fundido.
La letra habla de muchas cosas —de un mundo post-apocalíptico, de que la mente elige los recuerdos que guarda— y de nada. Pero eso no importa, como tampoco importa que la canción se llame así solo porque el batero Santo Martínez estaba leyendo un libro de London mientras la banda grababa el disco. Conti apela a un motivo —“Te conocí”— para introducir cada verso, y lo repite, como un poseso, una y otra vez, tal como hacían los patriarcas del blues en la prehistoria oral del género.
Pasó el tiempo, y Aguas Tónicas evolucionó hasta convertirse en una de las mejores bandas de la ciudad. Pero si tengo que elegir una canción de su discografía, me quedo con “Jack London”, en la que no hay cambios de ritmo sino variaciones de intensidad y volumen. Cerca del final, la banda se agazapa para preparar el ataque definitivo; casi que se puede escuchar el zumbido de las válvulas al rojo vivo. Luego llega la inmersión en el maelstrom, con las guitarras derritiendo los cables y el cuarteto rozando la altura que alcanzó el pájaro metálico que comandaba Pappo, con Pomo y Machi de copilotos, allá por 1973.
credits
released May 1, 2006
Maru en guitarra y voz
Jorge en guitarra
Gato en bajo
Santo en bata
Grabado, mezclado y masterizado en Estudio Godzilla por Francisco Pesado, 2005.
The impossible-to-pin-down new record from Pioneer 11 hopscotches across dance, psych, and modular synth music with glee. Bandcamp New & Notable Nov 13, 2022